domingo, 17 de noviembre de 2013

Declaración de existencia.





A veces hay demasiados desconocidos a mi alrededor.
A veces no entiendo vuestras costumbres, vuestros buenos modales, vuestra exhaustiva paciencia, vuestra calma aparente.
A veces me pregunto a qué os referís cuando habláis de amar y de estar vivos.
A veces me pregunto cómo sentís tantas cosas con tanta facilidad
cuando estamos demasiado acostumbrados a no querer,
cuando estamos demasiado acostumbrados a que no nos quieran.
A veces me pregunto de qué sirve engullir a todas horas si estamos tan flacos de vida.
A veces me pregunto por qué seguís esperando que os salven
si no estáis dispuestos a salvar a nadie.
A veces me pregunto en qué pensáis cuando os vais a la cama
sin ningún cuerpo que os roce al otro lado,
o con él,
y sin embargo os sentís tan solos.
A veces os maldigo y tengo la urgencia de escupiros mi tormenta a la cara.
A veces os bendigo con versos, os amo y os necesito tanto…
A veces me pregunto dónde o en quién está lo auténtico.
Por qué pedís permiso para entrar, por qué fingís
pasar descalzos y sin hacer ruido,
si al marcharos vais a dejar un huracán.

A veces me pregunto
qué diablos queréis de mí,
qué venís a rebuscar aquí dentro, 
si ya me lo estáis 
ranca n o 
todo.