te he bebido desde dentro
sorbo a sorbo,
saboreándote despacio
como si fueras un sueño
te he inspirado,
te he tocado despacio
con las manos de mi alma
y ahora no sé
cómo dejarte caer
en la dulce y loca
fragilidad de los días,
cómo arullarte en su regazo,
cómo tomar el control
sobre las curvas de mis párpados
y no intuirte tras cada pestañeo
y no seguir mirándote
con los ojos cerrados...
cómo mentirte,
cómo engañarme...
sé
que continúas del otro lado;
como una voz perdida,
como una estrella que gira
alrededor de los labios.
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