miércoles, 30 de octubre de 2013

Cambio de marcha





Ahora 
la excavación es necesaria.

Pretendo saber qué hay
en el fondo de esta acumulación pegajosa
de sentimientos, 
de carreteras entrecruzadas,
de balas 
de doble sentido.

Ahora
hablo
de darse golpes, 
de echar de menos,
de no estar de más,
de sentirse perdida
y propiciar encuentros, 
de darle un sorbo
al café hirviendo,
de tener ganas de luz
y también miedo,
de avanzar, retroceder,
de silenciar el silencio,
hablo de mirarte por encima de

la barra
y beber de tus ojos
la penúltima copa de luz
(siempre la penúltima).

Hablo de destrozar
cualquier unidad de medida,
Hablo de esa criatura
torpe y flaca
que quiere alimentarse de vida
y no tiene ninguna forma, regla
o definición establecida.

Hablo de follar, desear, leer,
escribir poemas.
Hablo 
de estar dentro 
de algo.

Ahora
no soy yo 

quien va a permanecer inmóvil,
aquí,
como si hubiera un adverbio
de espacio o tiempo
lo suficientemente fuerte
como para por sostenerme.

Ahora
pretendo saber qué es esto,
pretendo saber quién eres,
pero, sobre todo,
ahora
pretendo saber 
quién soy.

miércoles, 9 de octubre de 2013

La Ciudad Azul (I y II)






La Ciudad Azul (I parte)

Que nunca empiece
y que nunca acabe
es prácticamente lo mismo.

Yo tengo una historia
que empezó
una vez tras otra.

Mi soledad apuñalaba las aceras.
Pero nunca estaba sola.
Estaba yo frente al mundo
como si todo fuese 
un espejo gigantesco.

El silencio me gritaba
en cada rincón de la Ciudad.

Maldita y preciosa Ciudad,
me recuerdo sentada en la barra del bar, pensando
'el mundo es esto que me trago con los ojos'.
Intuía la paz en el tráfico 
que rodeaba Plaza Cataluña.
Esperaba que la llama azul me besara por dentro,
esperaba, desde ese otro lado,
saboreando los instantes previos.

Bajé las Ramblas 
y me senté en el puerto,
rodeada de gaviotas,
pasando páginas, 
rasgando miedos,
acumulando sonidos y silencios,
mirando mi vida
directamente a los ojos.
(Admito que quise quedarme 
en aquel instante
para siempre.)

Quiero recordar ese cielo gris de octubre,
el batir de alas, el viento despeinando las calles,
quiero recordarlo a cada segundo
para que esa belleza intensa 
y casi dolorosa
no se vaya apagando.



La Ciudad Azul (II parte)

Te puse el alma sobre la boca.

Era exactamente esa voz,
esa voz de nuevo.

Hicimos sagrado cada lugar 
que moldeamos 
con nuestra presencia.

En algunos momentos
se abrió un agujero en el tiempo
y comenzamos a masticar 
los segundos a conciencia.

Justo entonces la huella
se hizo sobre mi piel.
Justo entonces mi piel
estorbaba.

Justo entonces
comencé a creer en la eternidad.


No quise pronunciar el futuro, 
no quise mover
ni un solo milímetro de mí,
estaba en todo, en todas partes a la vez,
sentí un escalofrío como un relámpago 
y quise tragármelo todo de golpe,
quise serlo todo,
amarlo todo,
apretarlo contra mí 
hasta que se resquebrajase
en mis retinas, en mi saliva,
en mi sangre.

Le besé los pies al cielo.
Abracé los escombros.
Pedí clemencia.

Lo comprendí todo.