Eh, mira
cómo se va acurrucando el sol
en nuestra piel.
El azul se extiende
aunque
un blanco resplandor tiembla dentro.
La multitud enquista su alma
en las calles.
Las canciones se agitan nerviosas.
Las esperanzas venenosas
caen alrededor.
El día se tambalea
porque no le bastan 24 horas,
no es suficiente con dos ojos,
una boca, un nombre
o cientos de deseos
punzándonos la sien.
Estamos aprendiendo a amar
el Ahora.
Cambiamos las salidas
por las entradas de emergencia.
Digamos que nuestros corazones
son como la M-30.
Eh, mira aquí.
Aquí, aquí,
no me refiero
a este punto del mapa,
no exactamente,
no puedo señalarlo con los dedos.
Aquí, aquí dentro.
Imagina que todo esto dura para siempre
y no nos da miedo.
Imagina que todo esto
significa
que estamos llegando
a casa.