Una sola calle
y dentro
miles de ciudades vacías.
Humedad en las esquinas
de las palabras.
Se acercan las mejillas:
todos nos damos
los rigurosos besos
de despedida.
Carreteras desiertas.
Tráfico
dentro del coche.
En el asiento del copiloto
vuelve a acompañarme
esa misma sensación.
De nuevo
el relámpago
de la llave
en la cerradura.
¿Desde dónde viene
esta voz
que no dice nada?