martes, 7 de mayo de 2013

Antes del epílogo.


Perdona, pero
sostengo una página en blanco
que me va a estallar entre las manos.


Estoy lamiendo muy despacio
las babas de nuestros corazones,
estoy alzando los brazos
para que veas que sigo aquí,
estoy caminando, a tientas,
por las líneas de tus manos,
estoy esperando que calmes mi sed,
que barras este desierto con tu boca,
estoy estirándome el alma,
extirpándome la calma porque los segundos
van quemándose entre mis dedos,
estoy esperando que confundas el paraíso con mi cuerpo,
estoy esperando que me cures de esta infección
que se ha ido extendiendo,
estoy esperando que mates los monstruos
de mi habitación,
que me susurres al oído que no tenga miedo
porque tú, vas a vigilarme la noche, el sueño,
la vida,
porque tú 
vas a estar aquí.


Eso 
es lo que espero.


6 comentarios:

  1. Siempre la poeta. Azul pero no diminuta.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Que se junten, en sendas fragilidades... Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Como dice Coelho "Cuando quieres algo, todo el universo conspira para que realices tu deseo." Así que no dejes de esperar ni de desear :)

    ResponderEliminar
  4. El mejor antibiótico para esa enfermedad tiene cuerpo en su esperanza.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Ironía es que las cosas que dicen ser pequeñas, diminutas, son las más grandes e importantes.
    Tú, obviamente.

    :)

    ResponderEliminar
  6. Antes de la consumación final, espero que él me salve...

    un abrazo

    ResponderEliminar