En todas partes
hay
nada
y
nadie.
Si acaso
un zarpazo inesperado,
un sabor confuso a eternidad
que acaba derramándose.
En alguna esquina de la nada
hay alguien
que sube las escaleras
de dos en dos
y estira los brazos
para tocar
qué.
En el fondo de la botella
siempre espera el desierto.
Más allá de todos los timbres
vibra el temor
a que no suenen nunca.
En el centro
de un corazón ronco
gravita el miedo a que
no se enciendan las luces,
a que los invitados
no lleguen a la fiesta,
el miedo a los telediarios,
a las iglesias,
a esperar
a nadie
en la pista de baile
mientras un bombardeo de vidas ajenas
comienza a acariciar la música.
En cualquier sonido
hay un silencio de ceniza,
una puerta mal cerrada
que cruje
frente a todos los espejos.
En todos los precipicios
siempre hay un cuerpo
que crea
y destruye
y busca.
La cuestión no es
dejarse caer
o elevarse.
La cuestión es tener
un lugar
donde hacerlo.
Así, de noche, apenas derrotado leo poemas y me da por ponerme a volar.
ResponderEliminarBeso.
A veces no tener un lugar es la peor de las condenas. Pero hay gente que cree tenerlo y sin embargo no lo tiene ¿qué es peor?
ResponderEliminarAbrazos K. Gracias por hacer pensar.
Aunque a veces parezca que haya nadie y que todo sea un nunca sin trascendencia... Un abrazo.
ResponderEliminarNo sé si fue el contenido exacto del poema, la presentación, la forma de recitarlo que surgió en mi cabeza mientras lo leía. El caso es que me encantó de muchas formas diferentes.
ResponderEliminarCuídate.
He de decirte que cada vez que te leo se me hace más difícil no guardar todo el poema escrito en mi libreta donde guardo mis frases favoritas. Y este en concreto va entero a ella.
ResponderEliminarEs realmente precioso.
Un abrazo, bonita :)
Pisaste el cielo-precipicio que habitualmente piso...
ResponderEliminarSoy el que sube los escalones de dos en dos y estira los brazos para tocar.
Un abrazo K.
En la nada justo incide el todo. Igual el alguien. C'est un plaisir
ResponderEliminarCierto, a mí me gusta tener un lugar dónde caer y alguien a quien sujetarme.
ResponderEliminarBesos!!
zarpazos inesperados necesitaría como prescripción médica gente como yo. para recordar que SÍ.
ResponderEliminarentiendo ciertos miedos. aunque sean ridículos. como que el teléfono no vuelva a sonar. que no llame (nunca) más.
cuando me pierdo siempre acabo huyendo. pero nunca tengo claro por qué a determinados sitios. puede que sea como dice 'tequila' porque sé que en esos lugares puedo dejarme caer entera y habrá alguien o algo que me salve.
o que, después, me cure los raspones de las rodillas con mercromina.