Por si no lo has notado,
todo esto se mueve.
Este instante
gira
dentro de otro.
Por si no lo has notado,
sigo aquí.
Camino deprisa
por los pasillos de un hotel
donde no tengo ninguna habitación reservada.
Abro las manos
para dejar caer
un grano de arena
sobre el mar.
Piso el acelerador.
Introduzco el alma
hasta el final
de la última copa,
la introduzco
por si alguna vez
consigo salvarme
besando a dios
en el último sorbo.
Piso el acelerador.
Tú
ten cuidado,
que el mundo resbala.
Un animal babea
en los vértices de mi cuerpo.
Pondré el corazón a juego,
a cuatro patas.
Piso el acelerador.
No espero nada.
Lo espero todo.
Piso el acelerador.
Si pudiera atravesar este grito,
como quien atraviesa
un laberinto con las luces apagadas,
si pudiera clavar
los colmillos
en este grito que tiembla
y suda a los pies de mi cama,
y no tiene principio ni fin ni forma,
y no viene de ninguna boca.
Si no estuviera
perdiendo el control
de manera consciente.
Si la realidad no me desbordara
de tanto recordarme mi nombre,
mis lunares, mis arañazos,
mi vacío.
Piso el acelerador,
piso el acelerador,
piso el acelerador.
Suelto el volante.
Y ya está.
¿Y ya está?
Silencio.
Se supone que
nadie escucha
el g o l p e de a l a s .
Lo escucha el freno, jodida realidad.
ResponderEliminarquerer acelerar es signo de felicidad (o de ganas de...)
ResponderEliminarme quedo con:
'por si alguna vez
consigo salvarme
besando a ...
en el último sorbo'
Nadie escucha...ni el penetrante olor a azufre....
ResponderEliminarbss
Querida azul, cuando escribes conduces por una pista de despegue, y en el ultimo instante: comienza el despegue.
ResponderEliminarMientras los pasajeros disfrutamos en ese pequeño instante de libertad y vértigo.
Adoro tu golpe de alas...
Tus palabras me producen sensación de vértigo.
ResponderEliminarCreo que esa es la idea...velocidad progresiva.
Mientras el alma hace un ultimo intento para despegar...el mundo, sigue girando.
Sobrecogedor final.
que me golpean tus alas a la velocidad de un acelerado bombeo.
ResponderEliminarTienes razón, todo se mueve. Sin embargo, lo que siempre me pregunto es si somos nosotros los que aceleramos el movimiento para evitar las heridas, o es la vida la que nos aleja de los momentos buenos mientras sufrimos.
ResponderEliminarCuídate.
Golpe de alas...¿y si llegamos a salir volando? a veces que todo se mueva simplemente significa que tenemos que movernos también.
ResponderEliminarHay poemas que te punzan el estómago. Este es uno de ellos.
¡Salud y besos!
Se supone, sólo se supone... Después de tanto ruido, el sonido del golpe llega, se siente, pero no con los oídos, sino con el alma. :)
ResponderEliminar¡Besos K!
Hay golpes sordos que sólo unos pocos sabemos no escuchar pero sí sentir mientras alzamos el vuelo aunque las alas estén dañadas.
ResponderEliminarHay golpes sordos que hacen más ruido que cualquier otra cosa, aunque pocos lo entiendan.
Un abrazo enorme, bonita.