martes, 4 de agosto de 2009

fragmentos ajenos llenos de VERDAD

Desafiar al tiempo, ir en su contra. No dejarle salir con la suya al maldito depredador que todo lo devora.
Ahora lo quería todo. ¿Para qué si no existían todos los sentidos? ¿No era para sentirlos? Éste era el momento, y si todos pensaban que se había vuelto loco, mejor. La locura era una de las señas de identidad del artista. Dirían: ¡ Cádiz enloqueció!, simplemente porque buscaba ser feliz.
Y los miraría con disfraz de loco, sin tenerlos en cuenta.

Nadie era dueño de nada, ni siquiera de sí mismo...
Dueño de esa nada que se iba aglutinando y se agarraba con uñas y dientes a un estúpido concepto: la fantasía de ser...
Si amas, la prisión de sentir; si no amas, la de la soledad. Si deseas, el infierno de poseer; si posees, el miedo a no saberlo conservar... o a desear más y más. El hombre convertido en víctima de sus propios espejismos.
Caminas por la vida buscando adquirir experiencia... y de pronto, aparece de la nada un sueño.
Y tú, que ya no crees en ellos, te agarras desesperadamente a su cola tratando de que en su vuelo te eleve, y así sentir por escasos segundos que estabas equivocado, que puede ser verdad. Que puedes sobrevolar la plana realidad; que ese sueño te ha rescatado de esa perfecta y estúpida muerte en vida que te has ido labrando año tras año.

Lo que le falta al tiempo.

1 comentario:

  1. me quito el sombrero!
    Sencillamente genial y sublime, hoy puedo irme a dormir tranquilo.

    :) Gracias por dejar el fragmento aquí!

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