lunes, 31 de agosto de 2009

miedo.



Un miedo profundo y seco que de repente me ardía en los labios, que me mordía los nudillos de las manos.Un quemazón intenso en el corazón que me arrebataba los sueños uno por uno, que me invadía con crueldad en el momento más inoportuno y sonreía susurrándome al oído que temiese, que temiese, que temiese... porque todo eso que ahora tenía conmigo podía perderlo en cualquier momento. Empezando por ti.
.

1 comentario:

  1. Y sin ese miedo es muy posible que no supiésemos valorar lo que tenemos..

    ResponderEliminar