jueves, 17 de septiembre de 2009

el peso de una vida.




Cosas que pasan.
Cosas que pesan.

Eso que se asomaba
tras el rumor del aire
y hacía enloquecer los cronómetros.
Eso que se deslizaba
en las vías de un sueño
y comenzaba a instalarse
dulce y sigiloso
en nuestra sangre.

Eso que nunca puedo escribir,
que no puedo contar,
que no puedo recordar
porque simplemente vive
en mí
y no puedo extraerlo del todo
para convertirlo en nada,
no puedo hacerlo palabra,
no puedo hacerlo silencio,
no puedo hacerlo girar
ni ordenar su cese.

Eso, que está aquí
y ahí
y es mientras yo siga siendo,
mientras porte esta figura en movimiento
que sostiene el alma.
Eso que nunca llegó
o que no nos alcanzó.
Esas cosas
que a lo mejor vuelan
en la otra mitad de este cielo.

Cosas que pasan.
Cosas que pesan.
.

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